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lunes, 5 de mayo de 2008

jugando con fuego cap. 3


Autora del fic Kaori

i para dejarle comentarios al final del fic les dejamos la web.
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Capítulo 3. La Segunda División de los piratas de Barbablanca.

Apenas pusieron un pie en cubierta, el joven comandante comenzó a impartir órdenes a diestro y siniestro.

- ¡¿Que hacéis todos ahí parados?!- gritó con una sonrisa-. ¡Arriad las velas, levad anclas. Quiero este barco en movimiento en lo que se tarda en prender una cerilla, panda de vagos!- tras decir aquello se giró hacia Sanji que lo miraba divertido-. ¿Qué?.

El rubio negó con la cabeza pero ante la mirada insistente del moreno acabo diciendo:
- No te pareces en nada a tu hermano.

- Gracias a Dios- rió divertido el comandante y quitándole las maletas a Sanji lo condujo por cubierta-. Te enseñare tu habitación y la cocina.

Los dos chicos se introdujeron dentro de la cabina central del barco, y comenzaron a recorrer los pasillos interiores.

- Las habitaciones de la tripulación están bajo cubierta, aunque eso a ti te da igual, como jefe de cocinas eres automáticamente un oficial por lo que comerás en la sala de oficiales con mi Primero, mi Navegante y yo mismo. El resto de la tripulación lo hace en el comedor común...- andaban por un estrecho pasillo que los obligaba a ir en fila india, hasta que llegaron a una intersección-. Mi dormitorio está al fondo- señaló haciéndose a un lado para que Sanji pudiera ver -. Cualquier cosa que necesites no dudes en venir a pedírmela.

- De acuerdo...- respondió el cocinero y siguió al comandante por el pasillo opuesto hasta alcanzar la primera y única puerta de aquel pequeño tramo.

- Bueno, esta es...- el moreno abrió la puerta entrando primero para dejar las cosas de Sanji sobre una mesa circular situada en el centro de la sala. La habitación era bastante amplia y contenía un par de estanterías con algunos libros de cocina, un par de sillas y una litera pegada a la pared -. Aquí solían dormir los ayudantes del antiguo cocinero, en cuanto tenga un hueco podemos ver si alguno de mis piratas te sirve para cubrir el puesto...

- No será necesario- dijo con una sonrisa el rubio mientras sacaba un cigarrillo que se llevó a los labios-. Sólo son 100 hombres, puedo apañármelas solo.

-Como tú veas... - se encogió de hombros el comandante observando al rubio exasperarse buscando algo en sus bolsillos-. Tu dormitorio individual esta tras aquella puerta y desde aquí hay un acceso directo a la cocina...- Ace se percató de que el rubio estaba más pendiente a lo que buscaba que a sus palabras por lo que dejo de hablar y se lo quedó mirando con una sonrisa. Era adorable verlo nervioso. Sanji terminó su recorrido metiendo su mano en el bolsillo del pecho de la chaqueta pero tampoco encontró allí lo que buscaba.

- Maldita sea, ¿dónde lo habré puesto?- dijo dándose por vencido. El moreno se acerco a él y alzó un dedo prendiendo el cigarrillo de inmediato-. Gracias...creo que he perdido mi encendedor.

- De nada, como te dije, pídeme cuanto necesites - respondió con una alegre sonrisa el moreno pasando junto a él para abrir la puerta del fondo-. Te enseñaré "Tus Dominios". Vamos.

Los chicos subieron hasta la cocina por el pasillo que conectaba ésta directamente al dormitorio y cuando Sanji entró en ella, arrugó el gesto. La estancia era como tres veces su cocina en el Going Merry, aunque no llegaba a las dimensiones de la del Baratie, tenia un montón de platos a medio lavar acumulados y la mugre se extendía por doquier.

- Me sorprende que aún quede gente sana en tu barco- dijo mordaz dejando escapar el humo pesadamente-. ¿Seguro que no perdiste a tu cocinero hace tres meses?.

- Jajaja. Ya le dije a Luffy que te necesitaba desesperadamente - le respondió el comandante con total sinceridad-. Como puedes ver no mentía. Te mandaré un par de personas para que te ayuden a limpiar esto.

- No, gracias. No quiero extraños en mi cocina- lo cortó el rubio sacándose la chaqueta y empezando a remangarse-. Solo déjame el inventario de la despensa y la lista de excepciones.

-¿Excepciones?- pregunto el moreno rascándose la cabeza.

- Si, una lista con aquellos que enferman al tomar algún tipo de alimento en concreto, en una nave con 100 hombres como mínimo tienes que tener alguno. Pero no aceptaré chorradas del tipo no me gusta el brócoli. A mi me da igual ser el nuevo, le pateare el culo a todo aquel que deje algo en el plato, así que les puedes ir avisando.

- Si, mi "capitán"- bromeó el moreno poniéndose firme y Sanji sonrió divertido. Puede que Ace si que se pareciera un poco a Luffy después de todo. El moreno se puso un instante serio y luego le colocó una mano en el hombro al rubio sorprendiéndolo ante la profunda mirada que le dedicó-. Es un alivio tenerte aquí, Sanji-kun. Estoy muy contento de que seas mi nakama.

Ace le tendió la mano como definitiva bienvenida a su tripulación y el cocinero la apretó amistosamente, quedando algo turbado cuando al retirarla, los dedos de Ace mantuvieran el contacto hasta el final como si no hubiera querido soltarlo.

- Nos vemos luego- dijo el comandante dándole la espalda y levantando una mano en señal de despedida y Sanji se quedó unos instantes mirando por donde se había marchado. El tacto de Ace era sumamente cálido y aun lo notaba allí por donde sus dedos habían pasado.

- No puede ser...- suspiró sacudiendo la cabeza molesto consigo mismo-. Ya estoy imaginando cosas. Solo trata de ser amable.

El cocinero devolvió la vista a la cocina, se puso las manos en las caderas obligando a sus pensamientos a centrarse en el trabajo y tras un par de caladas comenzó a revisar los muebles en busca de los utensilios de limpieza. No pensaba freir ni un huevo rodeado de tanta mierda.

Estaba bien entrada la tarde cuando Sanji salio de la cocina y se dejó descansar sobre la baranda que separaba el castillo de popa de la cubierta principal. Encendió un nuevo cigarrillo que degusto lentamente mientras echaba un ultimo vistazo a las correcciones que había hecho en el inventario. Había dejado la cocina tan limpia que parecía recién estrenada pero limpiar aquel desastre no había sido nada comparado con el comedero de cabeza que le había supuesto desarrollar un racionamiento adecuado a lo que había en la bodega del barco. Ni un ataque nocturno a la nevera de Luffy con una solitaria de cinco metros en su estómago el último día de aprovisionamiento le hubiera costado tanto de arreglar como el caos que se había encontrado en aquel barco. Por suerte, él era el mejor cocinero del East Blue, podría hacer una comida excelente por poco que tuviera, pero lo que más lamentaba es tener que estar 3 meses cocinando lo mismo. Se iba a aburrir como una ostra sin ninguna chica a la que atender o sin el estúpido marimo para pelear con él. Un triste suspiro escapó de sus labios. Apenas se habían separado hacia unas horas y ya los echaba de menos.

- ¡Sanji kun!- la voz de Ace le llegó lejana entre el jaleo reinante y se giró a mirar a cubierta donde observó que buena parte de la tripulación se encontraban formando un corro rodeando a un par de personas. Tras unos minutos mirando, comprendió que era una pelea-. ¡Sanji-kun!

El cocinero por fin encontró al moreno cerca de la base del mástil principal haciéndole señas con la mano para que se acercara, así que el rubio se encaminó hacia allí. Después de todo, tendría que informarle de que su anterior cocinero lo estafaba. Con algunos problemas, alcanzó al comandante entre sus hombres, que jaleaban contentos a los luchadores intercambiando apuestas y lanzándose improperios los unos a los otros. Parecían muy animados.

- ¿Tomándote un descanso?- preguntó interesado el comandante cuando el rubio llego a su posición.

- No, ya acabe- dijo con tranquilidad el cocinero dejando el cigarrillo descansar descuidadamente entre sus dedos mientras le tendía el emborronado inventario. Ace lo miró con cara de sorpresa y luego bajo la vista al cuaderno distinguiendo las numerosas anotaciones nuevas, escritas con una letra fina y elegante. Sanji no entendió la sonrisa que apareció en la cara de su comandante al ver semejante desastre-. Tu cocinero era una puta mierda- dijo llanamente usando dos de sus palabras favoritas-. Aunque entre tus hombres hubiera cinco Luffys no hay manera de justificar esas cifras, por no hablar de que en la bodega no hay ni la tercera parte de lo mencionado en el inventario-. El moreno borró la sonrisa y revisó con más atención el inventario, leyendo atentamente cada anotación del rubio mientras este seguía hablando-. Sé que me vas a decir que no, pero mi consejo es parar en la isla mas cercana y reabastecernos. Con lo que hay en la despensa apenas puedo configurar una docena de menús.
-¿Qué con lo que hay puedes hacer 12 platos distintos?- preguntó asombrado el moreno alzando la cabeza para mirar al cocinero.
- No, 12 platos no. He dicho 12 menús. Eso son 48 platos si contamos entremés, primero, segundo y postre. Y de los más sencillos porque cualquiera diría que hicisteis la compra en un mercadillo- respondió bastante molesto porque su antecesor fuera capaz de llamarse a si mismo cocinero.

-Wowjojojo- la cara de Ace estaba iluminada de emoción. Sabia que Sanji no lo decepcionaría y tuvo que contenerse bastante para no besarlo allí mismo. Ya estaba cansado de estar todo el día a base de pescado seco y carne a la brasa-. Con eso será suficiente, Sanji-kun...

Un golpe seco y una mezcla de ovación y quejas se alzó entre la tripulación haciendo que los dos chicos desviaran su atención al centro del coro.

Allí se encontraba un fornido pirata de barba y pelo entrecano y desordenado, la espalda descamisada cubierta de cicatrices y tan ancha como un ropero abierto, con los brazos alzados en señal de victoria ante su adversario derribado cuya cara era un mapa escrito en sangre. El dinero empezó a cambiar de manos mientras el "campeón" se movía alrededor del círculo preguntando qué valiente quería ser su siguiente adversario.

- Oi, Ace- uno de los piratas que estaban cerca de los chicos llamó la atención de su comandante, dirigiéndole una mirada al rubio. Su voz era burlona -. ¿Por qué no nos enseña el nuevo lo que es capaz de hacer?.

- ¿Te apetece un combate de boxeo, Sanji-kun?- preguntó el moreno con media sonrisa confiada. Ya había visto pelear al rubio y sabía que no tendría que preocuparse por el.

- ¿Boxeo?- preguntó sorprendido-. No, lo siento, pero yo no uso mis manos para pelear.

-¿Tienes miedo de romperte una uña, "princesa"?- se burló el pirata cuya sonrisa divertida se borró en un segundo al encontrar sin saber cómo el tacón del zapato del rubio rozando su sien. No había visto el movimiento, pero sabia que si el chico no hubiera parado la patada a tiempo ahora estaría inconsciente en el suelo. Una gota de sudor resvaló por su frente. Seria mejor no volver a meterse con él si era tan rápido.

- Soy cocinero, no arriesgo mis herramientas de trabajo- dijo tan fríamente que le heló la sangre al pirata-. Pero si te vuelvo a oír llamarme princesa, pedazo de cabrón, te haré probar el sabor de mis patadas. ¿Me entendiste?.

El pirata asintió con nerviosismo y Sanji retiro la pierna satisfecho devolviendo el cigarro a su boca y su atención a su comandante que había avanzado un poco para dejarse ver por el "campeón".

- Grum, ¿te interesa un vale todo?- preguntó alegremente el moreno.

- Ni hablar, Ace. Ya te he dicho que no pienso volver a pelear contigo. Paso de tu mera mera no mi*- respondió con una risotada el pirata.

- No contra mi, capullo- rió de vuelta el moreno y alzó un dedo señalando a su espalda-. Contra él.

- Muajaja- una carcajada con ganas salió de la garganta del pirata mientras miraba de arriba a abajo al cocinero-. ¿Quieres que haga un vale todo con ese enclenque?. ¿Te debe dinero?. Muajaja, creí que íbamos con retraso, comandante. ¿Acaso quieres tener que parar a buscar a otro cocinero?.

- ¿Me puedo tomar eso como un "sí" entonces?- volvió a preguntar el moreno sin perder la sonrisa y Grum se encogió de hombros.

- Si él está tan loco, adelante.

Sanji entró en el circulo sin esperar a que Ace le preguntara si él también estaba de acuerdo. Aquella mole lo había llamado enclenque como si la fuerza estuviera únicamente es aquellos bíceps hípermusculados que él tenia y le iba a hacer tragarse sus palabras.

Grum miró al rubio colocarse de lado frente a él, con las manos en los bolsillos y la mirada semioculta entre el flequillo, el gesto serio y el cigarrillo casi consumido descansando despreocupadamente sobre la comisura izquierda de sus labios. El alto pirata golpeaba sus puños entre si con una sonrisa abierta y confiada y al ver que el cocinero no iba a moverse de donde estaba lanzó el primero de sus puños. Una gran ovación estalló entre la tripulación cuando vieron el primer movimiento y las apuestas se intercambiaron rápidamente alcanzando en lo que tardo el pirata en desplazarse desde su posición hasta la del rubio el valor de 99 a 1 a favor del "campeón".
Para sorpresa de todos, el cocinero esquivó con facilidad el primer ataque, y el segundo y el tercero. Los puños de Grum sólo alcanzaban aire cada vez que eran lanzados y cuando al lanzar su derecha de nuevo, volvió a fallar el golpe captando al rubio desplazándose a su izquierda, le dedicó una fulminante mirada.

- Veo que eres bueno huyendo- dijo con sorna el pirata lanzando su izquierda con violencia al rostro del rubio-. Pero corriendo no me ganarás.

El rubio salto superando con elegancia la altura del brazo del guerrero, las manos aún en los bolsillos, el gesto tranquilo y girando el cuerpo en el aire, le pateó el cráneo en una chilena dejándolo seco en el suelo.

- Y tú hablas demasiado para ser tan lento- espetó sereno escupiendo el cigarrillo al suelo y pisándolo para apagarlo.

Al girarse se encontró de frente con un pirata que lo miraba con gesto serio y en seguida se puso en su guardia típica, flexionó las rodillas un poco separando las piernas sin sacar las manos de los bolsillos. El pirata se agachó a ver el pulso de Grum, y tras hacer un gesto con la mano a uno de sus compañeros devolvió una mirada mas amable al rubio seguida de una sonrisa cuando le tomó la muñeca y se la alzó.

-¡ Tenemos nuevo campeón!- anunció haciendo que el resto de la tripulación estallara en una ovación. Sanji los miró desconcertado un instante y conforme empezaron a acercársele dándole palmadas en la espalda y estrechando su mano dándole la bienvenida oficial al barco su expresión se relajó cambiando a una sonrisa satisfecha. Un brazo pasó sobre sus hombros protectoramente separándolo de las efusivas muestras de reconocimiento cuando empezaba a agobiarse y el rubio se vio atraído hacia el cuerpo de Ace.

- Esta noche celebraremos una fiesta en honor a nuestro nuevo nakama, Sanji- gritó y todos aplaudieron felices. Cualquier excusa era buena si era para que corriera el ron.- Bienvenido a la banda de Barbablanca -le dijo más quedamente al oído-. Ahora ya eres oficialmente uno de los nuestros.

Uno de sus compañeros les pasó un par de jarras dando comienzo a una animada fiesta pirata.
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notas del capítulo:
mera mera no mi*: fruta de fuego Tipo: Logia Poder: Permite extraer fuego y tranformarse en fuego a su voluntad. "Mera" es el sonido de algo ardiendo.

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esto es todo =P

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