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lunes, 19 de mayo de 2008

Jugando con fuego cap 5





Las semanas pasaban con más rapidez de lo que Sanji esperaba a pesar de disponer ahora de mas tiempo libre que en el Going Merry, tiempo que sin apenas darse cuenta ocupaba casi íntegramente con Ace. El comandante se había convertido en un inesperado apoyo que le había ayudado a superar los primeros días de bajón que apenas lo habían dejado dormir. La educación y la naturalidad del moreno hacían que el joven cocinero se relajara y pasaran hablando animadamente horas enteras. Conversaciones que siempre iban disimuladamente dirigidas hacia el pasado del rubio, hacia sus sueños y hacia sus esperanzas, pero sobre todo, pasaron horas y horas hablando del All Blue. Ace no podía resistirse a sacar siempre ese tema pues la expresión de felicidad que adornaba el rostro del rubio era tan conmovedora que podía pasarse la vida solo oyéndolo divagar sobre ese tema. Sin apenas percatarse, Sanji le había dado a Ace todas las excusas que necesitaba para justificar la atención que le prestaba y para salvar los momentos en los que el cocinero dudaba de que su comandante hiciera bien pasando las horas con él. Después de todo y quitando a Hide, el navegante, el resto de la tripulación como mínimo les sacaban a ambos de 15 a 20 años. Era normal que se llevaran bien, además, Sanji se había dado cuenta de lo fácil que era conversar con Ace, daba igual el tema que sacase, el moreno siempre lo escuchaba con atención, jamás mostraba aburrimiento sino todo lo contrario, parecía tan interesado en cualquier cosa que el rubio contaba que una vez se sorprendió discutiendo amistosamente con él por el mejor relleno para un pastel. Porque Ace no fingía oírlo, lo escuchaba de veras y eso había empezado a hacer que ya no fuera solo el joven comandante el que fuera siempre a buscar al rubio. Sanji había empezado también a buscarlo a él cuando tenia un hueco libre. Los planes del moreno comenzaban a funcionar, y su estrategia de estar siempre presente cuando el cocinero necesitara algo le habían otorgado una proximidad que jamás hubiera conseguido de no tenerlo en su propio terreno. Ace se había ganado la amistad del rubio y había llegado el momento de comenzar a cambiar de táctica. Era el momento de ir un poco mas allá.
Cuando el joven comandante entró en la cocina, Sanji se encontraba ajustando el último de los fuegos que quedaban antes de sentarse a esperar que la comida alcanzase el punto de cocción adecuado y Ace sabía que así seria. Habían hablado innumerables veces sobre los platos que el cocinero podía preparar con lo que había en la bodega, el moreno había memorizado cada receta para saber exactamente cuando podía acudir a verlo sin ser una molestia y un día más acertaba de pleno. Apenas el rubio lo vio entrar por la puerta, su expresión cambio del habitual gesto concentrado con el que cocinaba a una afable sonrisa.
- ¿Llego en mal momento?- preguntó inocentemente el moreno al cruzar la puerta.
- Realmente no- contestó el cocinero alejándose de los fuegos para tomar asiento en la mesa central-. Apenas me disponía a esperar durante una larga hora a que el almuerzo estuviese listo para servirlo.
- Entonces he llegado justo a tiempo para rescatarte del aburrimiento- bromeó el moreno que tras sentarse en la mesa junto al rubio estiro una mano hacia el frutero para alcanzar una manzana.
- Yo que tu no haría eso- dijo con tranquilidad el cocinero sacando un cigarrillo que dejó descansando sobre sus labios-. Aun queda un buen rato para la comida.
- Lo se- respondió despreocupadamente el comandante tomando la manzana en su mano igualmente-, pero tengo hambre y solo es una manzana.
- Si te doy una manzana a ti tendré que dársela a todo el que entre- le explicó el rubio colocando la mano sobre la fruta antes de que Ace pudiera darle un mordisco, frenando el movimiento ascendente que había comenzado-. Eso hace 100 manzanas que si se repite cada día nos dejaría sin existencias en menos de una semana.
- Lo comprendo- dijo el moreno posando su otra mano sobre la de Sanji y retirándola delicadamente de la manzana-, pero yo soy el comandante de este barco así que puedes hacer una excepción.
- Por mi como si eres el mismísimo rey de los piratas. En mi cocina, todo el mundo come lo mismo y a la misma hora- el rubio acercó su izquierda a la manzana al tener la derecha aun sujeta por el moreno pero este alejó la fruta de su alcance.
- No creo que dijeras lo mismo si fuera una chica- dijo el moreno inclinándose hacia delante con una sonrisa pícara en los labios.
- Por supuesto que no- respondió con media sonrisa el rubio sin moverse ni un cm. para retirarse, permitiendo que Ace lo encarara como lo hacia Zoro e hizo que miraba a ambos lados del moreno-, pero como aquí no veo ninguna te tendrás que esperar como el resto.
- Uhm, eres un tacaño- lo soltó el moreno torciendo el gesto. Al menos podía haberle mentido, pero al parecer la franqueza era una de las cualidades del rubio. Ace optó por poner cara de perrito abandonado pero nada podía derretir el frío corazón del cocinero cuando se trataba de su cocina.
- Puedes ahorrarte las caritas- dijo Sanji levantando la mano para que Ace le devolviera la pieza-. Luffy ya me las enseñó todas.
- Entonces no me queda más que...- el moreno acerco la mano como para soltar la fruta pero en lugar de acabar el gesto se levantó pasándose una fruta de una mano a otra-... tomarla por la fuerza.
-¿Vas a obligarme a echarte a patadas de mi cocina como a tu hermano?.
- ¿Crees que podrías?- respondió el moreno entrecerrando los ojos y dibujando una sonrisa lobuna.
El rubio se levanto despacio sin sacarle la vista de encima. Debería estar molesto con la actitud de Ace, aquellas cosas eran las que lo desquiciaban cuando las hacia Luffy pero en aquel momento le pareció...divertido. Hacia bastante que nadie lo picaba y aquel juego le era muy familiar.
- Te advierto que como derrames algo, hoy no habrá comida.
- No te crezcas- respondió el moreno contento de que el rubio entrara en el juego con tanta facilidad-. No tendré que esforzarme demasiado para conservar mi premio.
- Ja- rió el rubio antes de lanzarle una patada a media altura que el moreno esquivó con facilidad mostrándole una sonrisa de suficiencia. Sin embargo no esperaba que aquella maniobra solo fuera un señuelo para que dejara la mano desprotegida y en el mismo movimiento, combinó un giro con la pierna de apoyo que obligó al comandante a soltar la manzana. Una pequeña vuelta hacia atrás lo dejó justo en la caída de la pieza la cual mostró divertido limpiándola contra el pecho de la camisa, mientras devolvía una sonrisa idéntica a la que había mostrado el moreno instantes antes.
- Al contrario que Zoro, yo no me obsesiono con derrotar a mi enemigo, me conformo con proteger mi objetivo- dijo tranquilamente el rubio dándole la espalda a Ace para devolver la fruta a su espacio.
La mención del espadachín no sorprendió al moreno. Se había dado cuenta de que Sanji tenia dos maneras de hablar sobre él durante sus conversaciones. Cuando estaba con las defensas subidas siempre era "el estúpido marimo" pero cuando las bajaba lo llamaba Zoro y de una manera un tanto peculiar. Ace había desarrollado una teoría pero antes de comprobarla le apetecía jugar un poco más.
Recortó las distancias hasta el rubio el cual lanzó una patada hacia atrás para cortar su avance en cuanto lo sintió pero Ace la esquivó agachándose y realizó un barrido sobre la pierna de apoyo de Sanji que le hizo perder el equilibrio. Con rapidez se incorporó rápidamente pasándole un brazo por la espalda para asegurarse de que no se fuera al suelo y acercó la mano libre hacia la del rubio que sostenía la pieza pero este dejó descansar todo su peso sobre el brazo que lo sostenía y agarrándose al hombro de Ace lo usó de soporte para girar sobre si mismo y volver a poner la fruta fuera de su alcance. Sin embargo el moreno siguió el movimiento y acabó cercando al rubio contra el borde de la encimera, colocándose lo suficientemente cerca para que no pudiera lanzar otra patada y bloqueando cualquier intento de huida con sus brazos. Sanji apoyó las manos en la madera retirándose cuanto pudo pero aun así podía sentir el inhumano calor que el comandante desprendía.
- Yo gano- dijo quedamente separando del mueble la mano mas cercana a la pieza de fruta pero se encontró con el brazo atrapado cuando el cocinero clavo su codera a la madera con uno de sus cuchillos.
- No en mi cocina- sonrió intentando regular su respiración que estaba más agitada por la inesperada y abrumadora cercanía del moreno que por el esfuerzo realizado.
- Oh, vaya...me atrapaste- el moreno casi musitó aquellas palabras pero la proximidad las llevo claramente hasta Sanji junto con su calido aliento lo que lo estremeció ligeramente.
- A que ha...- la voz del cocinero salio insegura y maldiciéndose a si mismo se obligó a controlarse. Simplemente no podía excitarse cada vez que se peleara con alguien, eso no era normal-. ¿A que ha venido esto?
- ¿El qué?- preguntó y el rubio alzó la mano en la que sostenía la manzana. Ace puso cara inocente y sonrió-. Llevamos una travesía bastante tranquila, y según me contaste estas acostumbrado a algo mas de movimiento. Pensé que te apetecería desentumecer los músculos, como no participas en las peleas del resto de la tripulación...
- Te recuerdo que eche abajo a "tu" campeón de solo una patada- dijo con arrogancia liberando el codo de Ace del cuchillo y el moreno se retiro un único paso-. Luchar teniendo que contenerte no es divertido, cuando el estúpido marimo y yo nos peleábamos en el Merry siempre íbamos en serio.
- Realmente lo admiras ¿verdad?- dijo el moreno con una cálida sonrisa y Sanji lo miró sorprendido.
-¿A quién?
- A Roronoa- la expresión de estupor del cocinero anunciaba una replica llena de descalificativos hacia el espadachín así que Ace decidió saltarse la parte de negación del rubio continuando antes de que replicara-. Se que no lo admitirías ni aunque te fuera la vida en ello pero...tengo la sensación de que te importa bastante lo que él piense de ti, deseas que te reconozca como un igual. Creo que es parecido a lo que Luffy siente por mi.
- No somos como Luffy y tu...- dijo quedamente el rubio mirando al suelo. Lo que Ace le había dicho era cierto, pero ojalá fuera solo eso-. Zoro y yo tenemos un problema de estilos de vida. Yo no comprendo sus ansias por ser el mas fuerte a costa de todo y el no entiende que yo pierda mi tiempo persiguiendo chicas y "jugando a las cocinitas"- una sonrisa triste apareció en su rostro al recordarlo-. Nunca podré estar a su altura, porque al contrario que él, me niego a renunciar a vivir sólo para ser el más fuerte.
Sanji abrió los ojos sorprendido al sentir los fuertes brazos de Ace rodeándolo protectoramente y alzó la cabeza cuando lo sintió estrechándolo contra él.
- Tu no tienes nada que envidiarle- le dijo quedamente al oído-. Tus sueños son otros y también eres increíble.
Sanji tembló ligeramente. No entendía que hacia hablándole a Ace de Zoro. Tenia que parecer realmente patético cuando el moreno había sentido la necesidad de reconfortarlo de aquella manera. Sabia que tenia que retomar la compostura, sabia que tenia que separarse de aquellos brazos, pero algo en su interior estaba cansado de luchar, cansado de tener siempre que estar alerta, haciéndose el fuerte. Se asustó ligeramente. Si Zoro le hacia sentirse poderoso, Ace lo hacia sentir extrañamente vulnerable.
Sanji percibió unos pasos acercándose a la cocina y su instinto de discreción le dio la fuerza para separarse de aquel calido cuerpo.
- Gracias, Ace- le dijo rápidamente sin mirarlo antes de dirigirse a revisar el contenido de sus cazuelas.
El moreno lo miró perplejo porque, de nuevo, cuando empezaba a sentirlo a su alcance volvía a poner distancias. Y entonces oyó la puerta abrirse y se giró para ver a Hide cruzarla y mirarlo severamente.
- ¿A que no has hecho lo que te pedí?- preguntó el navegante subiéndose las gafas por el puente con dos dedos y desviando la vista de su comandante a la espalda del cocinero y de nuevo a su comandante que lo miraba con una mal disimulada cara de fastidio.
- Iba a hacerlo ahora- suspiró pesadamente el moreno-. Aquí las órdenes las doy yo, además ¿a que tanta prisa?
- Prisa ninguna- dijo molesto su amigo-. Pero te has malacostumbrado a viajar solo y se te olvida que un comandante tiene que hacer lo que tiene que hacer cuando lo tiene que hacer o podemos acabar en el Calm Belt.
- Vale, vale...- Ace se dirigió casi arrastrando los pies hasta la puerta-. Nos vemos después, Sanji-kun.
El cocinero alzo una mano como única respuesta y Ace empujó a su navegante fuera para que le quitara los ojos de encima al rubio.
- Si yo tuviera tiempo libre también lo pasaría aquí- bromeo Hide sacando una furiosa mirada a su comandante mientras recorrían los pasillos.
En el Going Merry, un bufido molesto cruzó la habitación de los chicos cuando Zoro dio la decimonovena vuelta en su sofá y acabó por rendirse. No había manera, no podía dormir. Se sentó enfadado y se rascó la cabeza con fuerza como si con eso lograra sacarse de encima aquella molesta sensación de pesadez que llevaba semanas arrastrando. Miro el reloj colgado en la pared y escupió una maldición.
Realmente no lo entendía. ¿Por qué de repente el tiempo pasaba tan lentamente?.Apenas había variado su rutina: se levantaba, entrenaba hasta la extenuación, bebía y dormía. ¡Si encima ahora tenia más trabajo que antes cuando le tocaba cubrir el turno del rubio, eso tenia que cubrir el tiempo que antes dedicaba a pelearse con él por cualquier tontería!.
El peliverde dejó su cabeza descansar sobre sus manos cerrando los ojos. Seguía pensando en él, ¿por qué? había pasado tiempo suficiente para que sus ideas se aclararan y a pesar de todos sus esfuerzos durante el día, seguía pasándose las noches en vela por su culpa.-"Quizás hubiera sido mejor no saber el pacto entre Ace y Luffy, así tal vez me habría resignado y no estaría contando los días para su vuelta"- pensó con fastidio pero otro pensamiento un tanto mas incómodo se abrió paso en su mente-." O tal vez no le hubiera permitido que se lo llevara".
Zoro movió la cabeza negativamente con fuerza. ¿que demonios queria decir eso? ¿que hubiera peleado por él?
La idea le sacó una sonrisa triste. Como si Sanji necesitara que lo defendieran. Antes preferiría morir que dejar que él lo salvara y esa era una de las cosas que le gustaban del rubio. Amaba su fuerza, amaba aquella agresividad que desprendía cuando se alteraba, ese estilo inconfundible con el que peleaba. Si tan solo no fuera tan sumamente estúpido cuando una chica entraba en su campo de visión...
- ¡Joder, ya basta!- casi gritó y abrió los ojos sobresaltándose al ver la cara de Luffy frente a él- ¡gyaa! ¡Luffy! ¡¿Se puede saber qué haces?!
- ¿No puedes dormir, Zoro?- dijo inocentemente el moreno sin moverse de donde estaba, las manos apoyadas en las rodillas flexionadas-. ¿Tu también tienes hambre?
Una gota de sudor cayó de la frente del espadachín. Parecía que al menos no había estado pensando en voz alta. Un gruñido proveniente del estómago del capitán hizo a ambos dirigir la mirada hacia el cuerpo del moreno.
- La verdad es que Chopper hoy se ha lucido con la cena- dijo sarcástico el espadachín recordando las raquíticas verduras que había cocinado para todos.
- Vayamos a asaltar la nevera- dijo alegremente el moreno cogiendo de la mano al peliverde y tirando de él todo el camino hasta la cocina.
- Oi, Luffy. Si Nami nos pilla nos la vamos a cargar- lo avisó intentando mantener el equilibrio y que el chico de goma no acabara estrellándolo contra alguna pared como tenia por costumbre.
- ¿Que pasa, Zoro?- dijo el moreno con su voz característica para picar- ¿te da miedo Nami?
-¡¿Qué?!- la voz furiosa del espadachín saco una gran sonrisa del moreno que de una amigable palmada lo empujó hasta la nevera.
- Así me gusta -comentó feliz sentándose en su banco de la mesa- Hazme algo de comer. comer. comer...
- Vale, vale- suspiró resignado el peliverde- pero no armes tanto jaleo.
Zoro abrió el refrigerador tomó algunos ingredientes y unos minutos después dejó frente a Luffy un plato grande de bolas de arroz. Cogiendo una botella de sake para él, se sentó en su banca con un brazo tras la nuca y ambas piernas cruzadas.
-¡Itadakimasu*!- grito emocionado el muchacho metiéndose una bola entera en la boca.
Zoro lo observó comer animadamente. Sabia que lo que le había preparado no tenia nada de especial pero Luffy había demostrado sobradamente ser capaz de comerse cualquier cosa así que no se preocupo demasiado. Sin embargo, no podía dejar de pensar en su hermano mientras lo miraba, asaltado por las dudas que Robin había sembrado en su mente y en una de las veces que Luffy tragó se aventuró a preguntar con fingida despreocupación reflejada en hablar mientras se llevaba a los labios la botella de sake.
- Luffy...- el moreno levantó la vista del plato para mirar al peliverde y este cerró los ojos para no tener que enfrentar su mirada-...tu hermano... ¿es como tú? ¿consigue siempre lo que quiere?.
- Si- sentenció el moreno orgulloso- Ace no pierde nunca.
-...- Zoro se mordió el labio inferior, sintiéndose un poco ridículo por preguntarle aquello a su joven capitán-. Y...¿qué es lo que quiere?.
El moreno lo miró un instante, cruzó los brazos llevándose un dedo a la cara para rascarse la mejilla mientras pensaba en la ultima conversación que había tenido con su hermano. Ace le había dicho que no se lo dijera a nadie pero...estaba con Zoro y él era su nakama, seguro que no importaba si se lo decía a él.
- A Sanji- dijo tan inocentemente que el peliverde abrió los ojos para asegurarse de que no estaba bromeando.
-...A Sanji...- repitió mecánicamente y con una sonrisa nerviosa siguió interrogando-. Quieres decir...como cocinero ¿no? Quiere a Sanji como cocinero, porque su barco no tiene. Pero ahora ya tiene cocinero así que ahora querrá otra...
- No- cortó Luffy la nerviosa parrafada de su amigo-. Ace quiere a Sanji como Sanji quiere a Nami- Zoro lo miró pensando si realmente Luffy sabía lo que Sanji quería de Nami-. Quiere cuidar de él y protegerlo.
- Eso es ridículo- bufó el peliverde molesto.
- Si, ya se lo dije- siguió inocentemente el capitán- Sanji no es como él. A Sanji no le gusta besarse con otro hombre.
- Luffy ¿Sabes de lo que estás hablando?- a Zoro le costaba creer estar escuchando aquellas cosas de alguien tan sumamente despistado como su capitán, ya que a pesar de que solo era 2 años menor que él, actuaba como si tuviera 5 años. No creía que comprendiera lo que sus palabras significaban.
- Claro. Ace me explicó- dijo orgullo mostrando una carita feliz- Cuando quieres a alguien te mueres por besarlo. Así le dices que quieres cuidar de él y protegerlo para siempre. Cuando yo sea el rey de los piratas besare a Shanks y lo cuidaré y lo protegeré para siempre.
- Luffy...
- Gracias por la comida, Zoro- dijo el moreno levantándose y alejándose hacia la puerta pero se paró en el marco y miro a su amigo. Sabia que aquello no hacia falta pero aun así lo hizo. Alzó un dedo a sus labios y le guiñó un ojo al espadachín-. Lo que hemos hablado aquí es un se-cre-to.
Zoro asintió aún estupefacto ante lo que había pasado y lo vio perderse por la puerta. Con esfuerzo, se levantó y recogió todo pero al ir a lavar los platos el recuerdo de las veces que había ayudado al cocinero en aquella tarea le pareció tan vivido como si lo tuviera junto a él. Había rozado la mano del cocinero miles de veces cuando le pasaba los platos y él nunca se había quejado, seguía pasando un plato tras otro diciendo su nombre cada vez, como si le gustara oírlo. El último día, cuando estaba listo para irse, a pesar de la rabia de sus manos Sanji se había alzado hacia él ¿Podía...podía haber estado tan ciego?.




Autora del Fanfic: Kaori


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